El solitario es un juego de cartas clásico que se juega de forma individual. El objetivo principal es mover todas las cartas a las cuatro bases de la baraja, ordenándolas por palo y en orden ascendente, desde el As hasta el Rey. Pero, ¿cómo se juega exactamente el solitario? A continuación, te explicaré las reglas básicas de este entretenido juego.
Para comenzar, necesitarás una baraja de 52 cartas. Se debe barajar perfectamente y luego, se colocan siete pilas de cartas boca abajo en la mesa. La primera pila tendrá una carta, la segunda dos, la siguiente tres, y así sucesivamente. La última pila, la número siete, tendrá siete cartas.
Luego, se voltea la carta superior de cada pila. Estas cartas son las únicas visibles en el juego. El resto de las cartas formarán el "mazo" o "stock".
El objetivo es mover las cartas a las bases en orden ascendente y por palo. Por ejemplo, para trasladar un As de corazones, deberás encontrar un dos de corazones en las pilas o en el mazo.
Para lograr esto, se pueden realizar ciertos movimientos. Puedes mover cartas de una pila a otra si estas están en orden descendente y de colores alternados. Por ejemplo, puedes mover un cinco de corazones sobre un seis de tréboles. Además, puedes mover cartas a las bases si estas coinciden en color y palo con la carta superior de cada base.
Si llegas a un punto en el juego en el que no se pueden hacer más movimientos, puedes voltear una carta del mazo y utilizarla para continuar. Sin embargo, debes tener cuidado, ya que si agotas todas las cartas del mazo y aún no has completado las bases, habrás perdido.
El solitario es un juego de paciencia que requiere planificación y estrategia. A medida que adquieras más experiencia, encontrarás diferentes formas de resolver los diferentes tipos de solitarios. ¡Diviértete y disfruta de este clásico juego de cartas en solitario!